Mira lo que ya tienes
Seguro que tienes esquinas que siempre pasas por alto. Pues te cuento un secreto: ahí está el potencial. No hace falta comprar mil cosas, a veces solo con mover un par de cosas ya cambia todo. La decoración no tiene que ser perfecta, solo tiene que ser tuya y que te haga sentir bien.
Texturas y colores que molan
Cojines, mantitas, alfombras… lo que tengas a mano. Mézclalo todo, prueba combinaciones diferentes, ¡que sea divertido! Una manta doblada sobre una silla, un cojín que te guste mucho, incluso tus plantas pueden darle vida a un rincón aburrido. La idea es que el espacio tenga personalidad y comodidad sin que te rompas la cabeza.
La luz lo cambia todo
En serio, la luz es mágica. Mueve una lámpara de sitio, ponla cerca de una pared clara y verás cómo el ambiente se vuelve más cálido. Velas, luces LED pequeñas, lámparas de mesa… todo cuenta. No necesitas más que un par de cosas para que ese rincón se sienta acogedor y con buena onda.
“Con la luz adecuada, hasta el rincón más soso puede convertirse en tu favorito.”
Rincones con tu estilo
Pon ahí lo que te guste de verdad. Libros que lees, fotos que te sacan una sonrisa, un jarrón bonito, una figurita que te haga gracia. Mezclar cosas nuevas y viejas da un efecto auténtico y lleno de estilo. Ese rincón hablará de ti y será tu pequeño refugio en casa.
Ideas rápidas para probar hoy mismo
- Cambia un mueble de sitio y observa el cambio.
- Pon un cojín o manta diferente, ¡aunque sea solo por probar!
- Usa un espejo pequeño para que parezca más grande.
- Agrupa tus cosas favoritas y deja algo de espacio vacío, que respire.
